Fiesta de princesas

Se la debía a mi hija desde hacía años. Aunque no soy de la filosofía de los chicos al fútbol y las niñas a ballet, he tenido una hija que, simplemente es una princesa. Adora el rosa, los tules, la purpurina y las coronas y está convencida de que su monitor de natación es un príncipe. No sé qué pensarán los psicólogos. Seguro que no es bueno y que  va a tener un montón de traumas. Pero este año ha sido un poquito difícil para ella, y decidí que era el momento de regalarle su fiesta, la que llevaba años pidiéndome.
Hicimos un juego parecido al de la Fiesta de Dragones, es decir, se plantean cuatro pruebas sencillas y cuando lo consiguen, se les van dando partes de un disfraz de princesa: Pendientes, pulseras, coronas, maquillaje, tatuajes, incluso hicimos unas falditas con papel pinocho que quedaron de lo más aparentes.
La mesa, evidentemente, con un mantel rosa y decorada con piedras preciosas, flores brillantes, servilletas, vasos y platos, todo ello muy de princesas.
Para merendar cogimos algunas ideas de Pequerecetas y Pequeocio, dos Webs que siempre ayudan para la preparación de estos tipos de eventos. 
Y la tarta... ¡cómo no! una princesa casi casi de verdad. La falda son dos bizcochos montados uno encima de otro y con la cobertura de glasa real que hemos utilizado ya otras veces. No utilizamos la fondant, porque aunque queda más bonita, no está muy buena, y al final la gente la retira y no se la come.
Os dejamos algunas fotos.