Corren muchas recetas por Internet de quicos caseros, y como toda la información de la red, hay que contrastarla. Aquí os dejamos una receta de quicos caseros contrastadísima (costó 4 intentos).
El maíz necesario para hacer los quicos es el que se llama mote. Lo venden en hipermercados en la zona de comidas internacionales y es un maíz grande de un color blanquecino. También podremos encontrarlo, ¡cómo no!, en muchos puestos del Mercado Central.
Hay que ponerlo en agua durante bastantes horas (toda la noche, por ejemplo) y escurrirlo bien, incluso secarlo con papel absorbente para que no salpique luego el aceite.
El último paso es freír el maíz. Es importante tener en cuenta que hay que hacerlo a fuego muy bajo para que se hagan todos a la vez y no se nos tuesten unos muy rápido y otros se queden sin hacer. Nosotros lo hicimos con aceite de oliva. De esta forma y sin dejar de remover y vigilar, cuestan de freír unos 15 minutos, hasta que tienen el color naranja tan característico.
Después hay que añadirles sal al gusto, e incluso alguna especia. Nosotros probamos unos con pimentón, otros con sal nada más, y otros con romero y tomillo. Para nuestro gusto es mejor cualquier especia que nos guste, pero en polvo, masticar trocitos de romero no "pegaba".
Estaban realmente logrados, e incluso más fáciles de masticar que los que venden en los quioscos.
Para aperitivo de un cumple, para recargar energías en una excursión, o incluso como almuerzo un poco original y divertido para el cole...¡Os lo recomendamos!
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