Así que nos decidimos a organizar nuestro propio club de lectura. Fuimos preguntando a nuestros hijos para ver qué niños del curso, amantes de los libros, querrían apuntarse también al club de lectura, y así conseguimos formar un grupo de ocho niños y niñas entre diez y once años.
Después de mucho buscar y leer sobre lo que es un club de lectura, decidimos hacerlo así: un niño escoge su libro favorito y al cabo de un mes el resto de niños deberán haberse leído ese libro, en casa del niño que ha elegido se organiza la "quedada" donde habrá una merienda (o lo que se tercie) y actividades relacionadas con el libro que todos los niños del club se han leído.
Y podemos asegurar que el resultado está siendo admirable. El compromiso de los padres y de los niños para leer los libros y cumplir con las "quedadas" está siendo intachable. Y sobretodo, lo mejor de todo, es verles disfrutar juntos hablando de libros. De verdad que vale la pena.
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