Los niños pueden pasarlo bien mezclando los colores antes de meterse la cucharada en la boca, comiendo cada uno por separado con los ojos cerrados para adivinar el color... y también pueden colaborar cuando lo estemos haciendo.
Además luego se le pueden echar por encima galletitas saladas con formas (pececitos, cerditos, lunas...) de las que venden en la sección de aperitivos de los supermercados. O trocitos de jamón serrano... Si no se los comen fenomenal, al menos se los comerán un poco mejor ¿no?
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