Con el glas de colores y unas chuches se pueden hacer verdaderas maravillas: Para hacer el glas hay que coger una clara de huevo y empezar a montarla (pero no del todo). Luego sin dejar de batir se añaden poco a poco entre 250 y 300gr de azúcar glas. Se reparte en vasitos de plástico y a cada uno se le añade un poco de colorante. La textura que tiene que quedar es de témpera. Si queremos darle algo más de sabor podemos ponerle unas gotitas de limón.
Lo ideal con los niños es hacer un bizcocho de lo que sea (chocolate, limón, naranja... uno cualquiera), marcar con chocolate fondant derretido un dibujo y dejar que ellos lo coloreen y lo decoren con chuches: Así quedó la tarta de cumpleaños de mi campeón.
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