
Yo lo odio, pero inevitablemente me ha llegado el momento de hacer una tarta de este personaje. Unos amigos de mis hijos se lo pidieron de regalo de cumple. Era la primera vez que utilizaba el colorante liposoluble (en chocolate blanco fundido con un poquito de mantequilla) que compré en la
tienda de repostería del Mercado Central. No nos quedó demasiado bien porque me pasé con el colorante y parecía que
Bob Esponja había tomado demasiado el sol... pero bueno: Este fue el resultado. Y mis hijos hicieron la tarta con muchísima ilusión, porque a ellos sí que les gusta el individuo.
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